La inteligencia lingüística, que está relacionada con la capacidad para usar el lenguaje para comunicarnos, no solo mediante el habla, sino también, con la escritura, la escucha, la lectura y los gestos.
Las personas que tienen más desarrollada esta inteligencia les resulta sencillo utilizar las palabras en todos sus formatos para expresar lo que sienten y piensan.
Con respecto a la lógica matemática se refiere a la capacidad de las personas que les resulta sencillo trabajar con números, establecer relaciones entre ellos, resolver secuencias y utilizar la lógica.
¿Es fácil para ti pensar en tres dimensiones, resolver rompecabezas y laberintos, leer mapas y no se te escapan los cambios y los detalles por mínimos que sean? Entonces, lo tuyo es la inteligencia espacial.
Si disfrutas utilizando tu cuerpo para expresar y comunicarte, te gusta moverte, toquetear las cosas y modelarlas, hablar por los codos, practicar deporte o bailar; te chifla ejercitar el equilibrio, la fuerza y la velocidad de tu cuerpo. En este caso, la inteligencia físico cinestésica rige tu vida.
Cuando hablamos de inteligencia interpersonal nos referimos a la capacidad de entender a las personas, de mediar en conflictos, de percibir los sentimientos y necesidades del otro. Las personas que tienen más desarrollada esta capacidad se comunican con eficiencia, hacen amigos con facilidad, organizan y lideran.
Trabajan muy bien cooperando, ayudando, comprendiendo el estado de ánimo de los demás y logran percibir con facilidad los cambios de humor y las motivaciones de las personas que les rodean.
¿Te gusta escucharte, entender tus motivaciones, te conoces? Si sueles utilizar tus fortalezas y debilidades para guiar tu vida, es que tu inteligencia intrapersonal está por las nubes.
Si eres muy sensible a la protección y buena utilización de la naturaleza y de los recursos que nos da, estás muy implicado en el entorno que te rodea y te sientes muy a gusto en el mundo natural, lo tuyo es la inteligencia naturalista.
He dejado para el final, la inteligencia más controvertida, la espiritual. Consiste, según Antunes (2000) en la entrega de los demás por encima de los intereses personales.